¿QUÉ PASARÍA SÍ...?
Una mañana, se levantó y se encontró en su mesita de noche un sobre
grande, amarillo, con letras doradas y su nombre escrito. Estaba
convencido de que la noche anterior allí no había nada. Estiró el brazo y
lo cogió, lo abrió miró en su interior y su sorpresa fue enorme: era
un viaje a un lugar desconocido con todo pagado para rehacer su
vida;nueva familia, nuevo trabajo, nuevos amigos, nuevas experiencias,
nueva novia etc. Pensó que eran sus amigos, y se puso muy feliz;
entusiasmado ; pero al seguir leyendo ponía escrito en la carta que
había una condición, la cual era no pensar en la vuelta. No se imaginaba
de quien podía ser, sintió miedo; pero al pensarlo muy detenidamente
dijo:'' Si me voy, no perdería mucho, nuevas experiencias, a lo mejor si
me quedo aquí me pudriría, tengo curiosidad por ver lo que me depara el
destino para mi''.
Llegó el día y se subió en el avión; le atedió una azafata que colocó sus maletas en el portaequipaje y cuando se levantó para ir al baño se dio cuenta de que no había piloto. Se asustó, quiso huir de ahí pero no podía; porque la condición era no pensar en la vuelta.
Llegó el día y se subió en el avión; le atedió una azafata que colocó sus maletas en el portaequipaje y cuando se levantó para ir al baño se dio cuenta de que no había piloto. Se asustó, quiso huir de ahí pero no podía; porque la condición era no pensar en la vuelta.
Noelia
Rafael
-Se encontraba caminando por aquella acera, en aquella noche fría que despertaba inseguridad, vislumbrando aquella figura asustada que deseaba huir de su destino, caminaba de forma tranquila, atento de su encargo, había ido hacia allí para llevarse una vida y aquello sería lo que haría, la figura del hombre se giró y la observó, justo en aquel momento su piel se tensó y palideció, sus ojos se abrieron de par en par contemplando aquella satánica figura que se postraba ante él y corrió y corrió como si en ello le fuese la vida, su instinto le pedía que se alejase de allí, su mente le decía que corriese sin mirar atrás, pero, cuando quiso darse cuenta aquella figura pálida, delgada y de unas grandes ojeras estampadas en sus ojos, aquella figura que se encontraba envuelta en aquella túnica oscura que ocultaba su rostro mediante una capucha, había desaparecido, de un momento a otro y solo cuando aquella persona asustada, giró calle para huir de aquel fatídico destino, se encontró de nuevo con aquella persona, trató de gritar pero sintió cómo su garganta extrañamente y extremadamente seca no le dejó gritar, sintió entonces sintió cómo una mano pálida y fría se posó sobre su pecho y en aquel momento, el cazador había sido cazado, había sido la muerte quien había acabado con él.
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