viernes, 4 de abril de 2014

Cuéntame un cuento

Versión de Dafne y Apolo de Stefani



Paula  sentía que la seguían, no era la primera vez, le pasaba muy a menudo y eso le asustaba.
Hacía un díamuy  bueno y decidió  sentarse en el  banco de un parque. Al rato, se acercó un chico  de aspecto  simpático.

   -¿Puedo sentarme?- Le preguntó con una sonrisa.
   -Claro, si yo ya me voy.- Contestó ella recogiendo sus cosas.
   -No hace falta que te vayas.- Contestó con seguridad.- Quédate.

Paula dejó sus cosas, nunca supo  exactamente por qué. Pasaron un buen rato hablando, y le pareció un buen chico. Al fin, Paula se tenía que ir. Recogió sus cosas de nuevo y  se levantó.
   - ¿Qué haces?- Le preguntó mirándola fijamente.- ¿A dónde vas?
   -A mi casa.- Contestó Paula levantando los hombros.- Es tarde, tengo cosas que hacer, me ha encantado conocerte. Adiós.
   - Déjame invitarte a un café por lo menos.- Repuso Erick levantándose de golpe- No me lo niegues.
   - Está bien, vamos.- Dijo ella.- Hay una cafetería cerca de aquí.
   -No, yo conozco una mejor.-Dijo él.- No queda lejos.

Se levantaron y se fueron. Llegaron a un local cerrado y abandonado, aquel sitio no era una cafetería. Erik Empujó la puerta vieja y oxidada, entró y encendió la luz.
   -¿Qué es este sitio?- Preguntó Paula.- No parece una cafetería activa.
   - Es mi palacio.-Dijo él mientras sonreía.- Y tú serás mi princesa.

Paula no entendió  lo que pasaba. Se  sentía asustada, miraba a las paredes, grises y enladrilladas. Erick avanzó hacía ella y la tiró sobre un camastro que había ahí.
    - Te quedarás conmigo y no te irás.- Dijo con seguridad y a la vez miedo.

Desde entonces, Paula intentó huir en muchas ocasiones pero no lo consiguió nunca. Cada noche Erick la visitaba, ponía música y bailaba con su cadáver.
Una noche salió a buscar una nueva pareja de baile.
Fin.

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